Las fantasías tienen que ser poco realistas, porque en el momento, en el instante en el que consigues lo que buscabas, ya no lo quieres, no puedes quererlo.
Para que el deseo pueda seguir existiendo, necesita que esos objetos sigan permanentemente ausentes,
no es eso lo que deseas, sino la fantasía de eso, ósea que el deseo sustenta fantasías utópicas.
A eso se refiere Pascal cuando dice que sólo somos verdaderamente felices cuando soñamos con la futura felicidad y también al decir:
– La cacería es más dulce que lo cazado o, ten cuidado con lo deseas, no por conseguirlo, sino porque estas condenado a no quererlo en cuanto lo consigas.
Así que la lección de Lacan es que vivir de acorde con tus deseos no te hará feliz; ser enteramente humano significa esforzarte por vivir de acuerdo con ideas e ideales y no evaluar tu vida por lo que hayas obtenido en cuanto a tus deseos, sino por aquellos breves momentos de integridad, compasión, racionalidad, incluso de abnegación; porque a la larga, la única manera de evaluar la relevancia de nuestra vida, es valorar la vida de otros …
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