Cuanto mas conocemos la naturaleza menos nos sorprenden las películas de ciencia ficción. Este pez, al igual que una especie de tiburón prehistórico, posee una fisonomía bastante particular: su cabeza es transparente y posee ojos tubulares. Su nombre científico es Macropinna microstoma y aquí se lo presentamos.
Este curioso animal está «equipado» con ojos tubulares que son extremadamente sensibles a la luz y que pueden rotar en cualquier dirección en el interior del fluido transparente del interior de su cabeza.
Descrito por primera vez en 1939, se pensaba que los extraordinarios ojos de esta criatura de las profundidades marinas, estaban firmemente anclados a su cabeza y le proporcionaban una visión muy limitada de su entorno. Característica que resulta muy útil a diferentes criaturas de las profundidades en donde la luz es verdaderamente escasa.
De hecho esta clase de “ojos tubulares” resultan especialmente adecuados para captar la tenue fluorescencia que, en medio de la negrura abisal, hacen gala muchas de las presas (o depredadores) potenciales.
Se pensaba que este pez sólo sería capaz de ver los objetos situados en la vertical de su propia cabeza, pero un nuevo estudio publicado por Bruce Robison and Kim Reisenbichler, del Acuario de la Bahía de Monterrey, revela que los ojos de Macropinna son capaces de moverse en cualquier dirección, proporcionando a su propietario una visión excelente de todo cuanto le rodea. Eso sí, los ojos están dentro del “escudo” que cubre por completo su cabeza. Y ese es, precisamente, el motivo por el que este “escudo” es transparente.
Fuente Macropinna Microstoma