Hoy al levantarme no me he sentido español.
Me paro, reflexiono y simplemente encuentro que ni tan siquiera quiero serlo. ¿Por qué? Porque ser español significa ser un delincuente, ser español significa ser un borrego, ser español significa ser un descerebrado que lo único que busca es lo que le dicen que tiene que buscar. Un ser sin personalidad propia que se regocija de cuan miserable es su vida.
Habitantes del mundo, para ser español simplemente debes saltarte las leyes de nuestro país, introducir tu cuerpo en un bote y burlar a la inexistente policía fronteriza. Entra en nuestro país ilegalmente, trabaja ilegalmente, escupe en nuestra constitución, escupe a nuestros trabajadores y por ello serás gratamente recompensado. Rómpete una pierna y te pondremos el primero en las listas de espera de nuestra sanidad, roba a alguien y te daremos un paseo guiado por la ciudad, no te molestes en integrarte y te daremos la nacionalidad española. Porque los españoles semos así, o tal vez no, pero eso no le importa a nadie puesto que nuestro gobierno así lo predica.
“Somos la voz del pueblo”. Siempre y cuando realices altercados, robes jamones y quemes contenedores, nadie te escuchará si no generas “pérdidas”. Somos borregos domesticados por nuestros gobernantes, el olor que desprende nuestra educación es espantoso, la política doblega las aulas, los maestros son aprendices, los aprendices son basura, pero no te preocupes hemos encontrado el origen del mal, Franco ha sido el mal que nos acecha desde la ultratumba con su ejército de opositores, ¿o debería decir de actuales gobernantes? “Tu voto cuenta”, no te equivoques, tu voto nos sirve para regodearnos de ti. Y la cosa no termina aquí, todos los partidos dicen ser diferentes, tienen puntos de vista que nos salvarán a todos, supongo que quieren decir que ellos se salvarán, yo no encuentro diferencia alguna. Todos negocian con los violentos para obtener “tu” protección, todos negocian con la sangre de las víctimas para obtener su protección. Todos realizan incursiones de fondos. Todos campan a sus anchas por la tierra que dictaminan y es que la única fuerza opositora que les hace frente es su propio reflejo. El reino de los 40 ladrones es España, nuestro rey manda callar a dictadores, supongo que jurar lealtad absoluta a uno le hace ser el más indicado, mientras que nuestro gobierno pide por lo alto moderación y respeto, por lo bajo vende puñales y demás armas opresoras.
Pero tranquilos, tenemos libertad de expresión, por supuesto siempre y cuando tu bolsillo este lleno. Estamos encarcelados en nuestro propio conocimiento. Nos bombardea la libertad de expresión en interminables debates de a quién pertenecen las bragas de la pantoja. La censura cierra los nuevos mundos que nacen de los nuevos modos de vida. El aborto es un método, se persigue la utilización del conocimiento, se persigue a todos aquellos que ansían lo que todo el mundo sabe, y es que señores gobernantes, nuestro país no se encuentra capacitado para ceder nuestra tierra a aquellos que un día nos la arrebataron y no estoy hablando de Perejil. Si no votas te soltarán la típica frase de que miles de personas dieron su vida para que tu pudieses hacerlo, supongo que entonces también podríamos decir que mucha sangre fue derramada por nuestros antepasados por las tierras que ahora habitamos como para cedérselas al causante de tanta sangre.
Vivimos rodeados de otras culturas, nos adaptamos a otras culturas, son más fuertes que nosotros y no podemos decir lo que pensamos pues se nos tachará de racistas, no podemos hacer lo que siempre hemos hecho pues se nos llama fascistas. Como no podía ser de otra manera se nos hace totalmente participes y culpables de la incoherencia de los actos del gobierno. ¿Somos racistas? ¿Hemos sido siempre racistas? Señores, el gobierno ha metido en una habitación a 10 millones de inmigrantes con 35 millones de españoles y ha tirado la llave desentendiéndose del tema. ¿Somos racistas? ¿Somos intolerantes? ¿O simplemente necesitamos espacio para poder respirar? Como luceros de nuestro camino, deberían de haber sabido los percances de tal metedura de pata. No somos racistas, el gobierno nos está inculcando un odio que nunca antes había calado tan profundamente. La historia volverá a repetirse con un desenlace genocida y entonces si seremos únicamente los culpables.
Todos sabemos que los inmigrantes hacen un bien común, trabajan nuestros campos, recogen nuestras cosechas, aumentan nuestra natalidad, sostienen la economía y hacen de nuestro país una potencia competitiva. No nos equivoquemos todos sabemos lo que dicen que hacen los inmigrantes. Yo tengo mis dudas, no sé si serán fruto de mi bajo nivel académico o de lo que me muestran las noticias de la prensa y lo que no me muestran. Trabajan nuestros campos y resulta que nuestros productos no valen nada, recogen nuestras cosechas y resulta que más de la mitad se tira. Son héroes que nos salvan, pero no sé de qué, ¿de nosotros mismos?, ¿simplemente nos distraen de lo que realmente está ocurriendo?, ¿las familias tienen únicamente un hijo?, ¿nos envejecemos?
¿Será que no fomentamos los valores familiares? Me da que lo que no fomentamos es nuestra constitución. No poseemos una vivienda digna, ahora es cuando todos recordamos los minúsculos contenedores de basura por piso que nos daban como solución, como para encima poder alimentar a nuestros hijos, supongo que la alternativa será hacerlo con conejo. Señores quítense la venda de los ojos, todo lo que tenemos es lo que han fomentado, con toda intención oculta moviendo dichos hilos en las sombras. No existe una base económica sólida porque no existe nada que lo fomente, todo viene del exterior y salen pocos hacia él, los sueldos del pueblo son miserables, los precios desorbitados y no estoy hablando de artículos de lujo. Comer pan se va a convertir en un privilegio, tomar un vaso de leche en una exquisitez y beber agua en una odisea.
Pero señores, ¡los inmigrantes vienen a levantar nuestra economía!, ¡a restaurar los años de gloria de nuestra nación!, ¿dejemos algo para nosotros también, no?, ¿o acaso no hacemos nada? ¿Padecer? ¿Tolerar? Al fin y al cabo nuestras pensiones son las que están pagando los estudios de sus hijos y de paso cosiendo sus heridas. Señores, nos hemos vueltos víctimas de una fachada de tolerancia.
Pero tranquilos, que simplemente son delirios de un loco, o de una persona normal quien sabe, puesto que el gobierno eleva nuestra calidad de vida pues todos vamos a tener el mismo nivel de veneno en el agua y en el aire, en nuestras tierras y en nuestros alimentos, en nuestros hijos y nuestros padres, en nuestro pensamiento y en nuestra forma de actuar. Todos seremos por vez primera, iguales ante la ley, todos excepto los que han amasado sabiendo lo que se prevé y quien mejor preparado que el que lo provoca.
El primer día del año 2008 un hombre ha sido degollado a escasos metros de donde vivo, en una localidad de 12.000 habitantes, en el centro de la ciudad. Dicen que el asesino es “ruso”, a mí personalmente me da igual de donde sea, me da igual por qué lo hizo, simplemente sé que mi sobrina, madre o hermana podrían haber sido la víctima.
Señores tengo algo que decirles, he pasado de no sentirme español a odiar a los españoles.
Pasaba por aquí porque estoy programando una solución con Paypal y he sentido curiosidad por el título del artículo. Después de leerlo y, a pesar de haberme sentido español durante cuarenta años, siento tener que decir que yo tampoco soy español.
Lo curioso es que había llegado a pensar que sólo yo pensaba así, pero me congratula confirmar que existen supervivientes al bombardeo mediático-propagandístico que nos atormenta a diario.
Gracias por publicarlo