Cuando aún resuenan en los medios de comunicación de todo el mundo los ecos del hallazgo de Gliese 581g, que podría ser el primer planeta habitable descubierto por el hombre, el prestigioso astrónomo australiano y miembro del programa SETI Ragbir Bhathal pone sobre el tapete un inquietante trabajo dirigido por él hace dos años: la recepción de un misterioso y único pulso de luz, captado por él en persona y procedente de la misma región de espacio, a 20 años luz de distancia, en la que se ha encontrado el nuevo planeta. ¿Simple casualidad o una señal enviada por seres inteligentes? El debate, una vez más, está servido.
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